Federal Café

Asistimos pues a un realismo directo, casi brutal, en que la presencia, de seres humanos y objetos, exhiben una belleza desproporcionada , lo bello está hecho de un elemento eterno muy difícil de determinar y a la vez subjetivo, pero aquí todo se funde para recibirnos como lo que es, el clásico moderno, Federal Café.

Podría estar sonando la melodía de teclado en la entrada de Sunday Morning de la Velvet Underground y mi euforía sería la misma que siento ahora, mientras memorizo cada uno de los rincones de este lugar ( la mesa grande de madera, la planta en formato trepadora que la adorna, el chico del pelo de oro y polo de Lyle & Scott que trata con delicadeza su macbook, la pareja de chicos, ambos sumamente atractivos que esperan a ser atendidos, mientras, sus rodillas se rozan debajo de la mesa a la vez que repasaban al camarero de aspecto grunge ) – le dice él a ella.

Ella acariciaba su pulsera multicolor , siempre lo hacía cuando contenía su alegría, al igual que tocaba su collar de formas geométricas de cuando su malhumor estaba a punto de saltar por los aires, mientras, miraba las exquisiteces de la carta ensimismada, huevos a la florentina, huevos de corral con crema frachê, huevos revueltos con tostadas y pesto, huevos de corral al horno con espinacas haloumi y tomates secos .

La amabilidad reinante esa mañana de agosto fue proporcional al rayo que entraba por el porche del local y se depositaba encima de su Icecoffe para envolverlo en una fusión de colores descomunal, los platos se sucediron y la euforia inicial fue increscendo hasta la explosión final.

Federal bien podría ser el título de una canción de la Velvet.